viernes, 27 de julio de 2007

INQUIETANTE SONDEO

Andaba yo escuchando "hablar por hablar" en una de estas tranquilas noches de verano. El inquilino del asiento trasero me había indicado ya su destino:el barrio de gente pudiente Montecanal. El chaval tendría unos 16-17 años. El trayecto transcurre en un agradable silencio mientras por las dos ventanillas delanteras abiertas de par en par entra una brisa concordante con dicho silencio.Sólo se rompe necesariamente para indicar el lugar exacto y el importe de la carrera. Son 7,80€,digo. Me paga, le devuelvo las vueltas y entonces añade:
-¿Puedo hacerle una pregunta?
-Sí,por supuesto
-¿A usted le van los tíos o las tías?
-Las tías, contesto antes siquiera de sorprenderme por la pregunta. ¿Por? añado después.
-Nada es una encuesta que llevo haciendo tiempo
-Ahh..
-Se lo pregunto a todos los taxistas que cojo.
-Y cómo va ,quién gana (más sorprendido)
-De momento las tías. Es una encuesta para clase, me la mandó la profesora.
-Muy bien. Hasta luego, buenas noches (sorpredidísimo)
-Adiós, gracias.
Cojo retorno hacia el centro de la ciudad.Mi cabeza cavila y recopila. Umm, vamos a ver , se trata de una encuesta sobre tendencia sexual (correcto). El muestreo es totalmente específico, sólo al gremio de los taxistas (curioso cuando menos). Encuesta como tarea de profesora para clase en el mes de julio (raro,raro del palo Papuchi).
Compilo,cavilo, vacilo y recopilo.Estambre y pistilo, estambre con estambre,pistilo con pistilo...no kerría (con k de kilo),el chavalillo llevarme al peristilo del chalecillo o lo que es peor al asilo, al asilo de su silo decorado con estilo mientras suena un vinilo? (no sé si seguiréis el hilo).
Propondré tres opciones:
a)el chaval es gay y ,al ser contestado a su pregunta con la opción 2, invita a tomar una copa a su chalet, aprovechando que sus padres se encuentran en el apartamento de la playa situado digamos que en Salou.
b) Se trata simplemente de un vacile chanante de niñato de extrarradio
c)Realmente es una tarea encomendada por una profesora,que a su vez, sigue instrucciones secretas del gobierno para averiguar la tendencia sexual de los trabajadores en busca de una paridad sexual en todos los gremios. Los taxistas serían la prueba "piloto" dentro de un proyecto ambicioso que podría tener el siguiente eslogan "Contra la precariedad, paridad"...
La curiosidad mató al gato.

martes, 3 de julio de 2007

NITIMADORNITIMADO SINO TODO LO CONTRARIO

"En el taxi hay un timado, quién será el timador, el destimador que lo desestime,mal desestimador será"
Narraba la leyenda urbana madrileña en nilibreniocupado que un taxista cualquiera vendió un bono-taxi "artesanal" por la nada despreciable cifra de 250€, a razón de 50€ diarios que otorgaba al cliente cojer cuantos taxis quisiera durante cinco días.El bono era del todo práctico,un papelito firmado con dos fechas y sólo con firmar el taxista en el reverso se validaba el trayecto.
Todo esto me hizo pensar primero, que hay que tener una cara impresionante de la que carezco para realizar este abuso flagrante de la confianza del cliente y luego una reflexión más profunda de hasta que punto debemos confiar en los desconocidos para llegar finalmente al grado adecuado de confianza con nuestros conocidos. Como guinda uno acaba desconfiando de sí mismo.
Me vienen a la cabeza algunos trayectos y experiencias taxigénicas (es la segunda palabra inventada del texto,averiguen la otra). La primera fue la bautizada ahora mismo como "la llamada timofónica". Recojo a un chaval en ls proximidades del Ebro. El elemento en cuestión realiza un simulacro de conversación por el móvil con su madre en la cual le dice que le prepare dinero para pagar el taxi.Llegamos a destino y con la coartada de la llamada ficticia dice subir a recojer el dinero para pagarme el trayecto. Conforme avanza el reloj se te va poniendo cara de tonto hasta que te miras en el retrovisor y ya te marchas. Luego me enteré que no había sido el primero ni seguramente el último en sucumbir ante esta estratagema. Seguidamente me viene otra experiencia similar. Esta vez es una mujer de raza gitana que cojía el taxi en los alrededores del barrio Oliver e iba hacia la calle Escultor Moreto. La mujer no se lo curraba tanto como el chaval , ésta directamente decía que subía a por el dinero a casa y ya no bajaba. Conocida ya la historia contada por otros compañeros una noche recojí a una persona que encajaba con el perfil. Nada más decirme la direción paré bruscamente el coche y le dije:"Haga el favor de bajarse del taxi". Sin mediar palabra se bajó.
La mayoría de la gente que te dice que sube a por el dinero suele apresurarse y bajarlo pero desde muy pronto ya decidí que cualquiera que saliera del taxi para conseguir el dinero de la carrera debía dejar en el taxi un documento identificativo. Algo de superior valor de la carrera también me valía (un móvil,un reloj...). La gente ,al revés,no pone pegas y lo entiende y amablemente deposita la "fianza". Hasta que un día un hombre me dejó su cartera pero al bajar y llevarlo a otro lado se pegó todo el trayecto jurando en hebreo, que qué me creía,que si él tenía pinta de delincuente y alguna cosa más desagradable. Me da lo mismo, me parece una manera adecuada de calmar un incierta espera y para el cliente no supone nada si va de buena fe. Lo seguiré haciendo así, porque te evitas la tomadura de pelo cercana a la humillación, creo que peor que si termina el trayecto y el cliente sale corriendo. Ésto último se puso de moda en unos chavales de determinada urbanización adinerada. A mi afortunadamente no me tocó. Lo hacían por diversión .
Yo no soy de dar rodeos ni de ir por caminos más largos. Siempre digo:"Mira, en cuanto más pronto te deje a tí antes cojeré a otro". Una vez me dijeron "oye, vaya vuelta me estás dando" y dije "pues es verdad, que mal he elegido. tranqui que ya te cobraré algo menos que me ha fallado el gps de mi cabeza". Eso sí cuando no tienen razón soy implacable.
Bueno que me voy del tema.¿El cliente al montarse en el taxi debe subir confiado? ¿Y viceversa?(no quiero decir que se monte el taxi en el cliente). Existe una palabra magnífica en el castellano para responder, margen. El margen de confianza es algo que establecemos cada uno y que varía en función de la persona,situación y de la experiencia. No tiene medida estandarizada y por eso llegan los errores de apreciación. Y así llegan las confusiones y desengaños. ¿Son timos?.Pues también¿O no?.Y pasa en todas las relaciones interpersonales: entre padres e hijos, con la pareja, con los amigos...
No se puede vivir con confianza cero,tampoco con confianza ciega.
¿Es viable la creación de la "Escuela de la confianza"? Iré preparando la matricula.