jueves, 31 de agosto de 2006

VISITA VITAL AL TANATORIO

Llegó el final del periodo vacacional. La vuelta al trabajo suele producir más de una depresión y un sentimiento generalizado de aletargamiento mental que aterra al más optimista. Ciertamente uno se va de vacaciones en un estado físico-mental bastante óptimo y vuelve hecho un piltrafilla. No deja de ser curioso. Menos mal que está diarrea mental post-vacacional no dura demasiado. Pronto la rutina nos acoje entre sus tediosos brazos y uno la abraza con un falso, a la vez que real, cariño queriéndole decir: "Me jode que me resulte agradable el encuentro, pero tranquila, ya nos odiaremos a partir de la próxima semana". Voy deambulando por la ciudad con el libre del taxi puesto. Tengo una carrera de emisora al lado pero entre que me entero y no, otro se la adjudica antes. Media hora después sigo en la misma tesitura y apenas me doy cuenta de que me levantan la mano. Seguramente será el cuarto o el quinto que lo hace. Lo recojo, carrera corta y sencilla. Me deja en los aledaños del barrio de Las Fuentes. Debo pasarme por el "tanatorio sentimental" de una amiga muy muy especial, me digo. No me siento como el asesino pero sí como cómplice muy directo del homicidio emocional. La charla transcurre en los términos que debe, y germina una semilla en forma de reencarnación en una nueva relación interpersonal que deberemos cuidar y regar al mismo son. "Enterramos" los malos recuerdos y procedemos a la "incineración" de todos los muchos y buenos momentos y los guardamos en dos coquetas urnas . Cada uno se lleva la suya haciéndole un lugar en su corazón. De momento es la mayor urna que guardo, hay hueco para más aunque quizás no lo llene nunca, confío en que sí, sea cuando fuere. Después de la necesaria e importante visita vuelvo a encender el verde del taxi. En cierto modo el taxi es como la vida y el amor, colocas el LIBRE, enciendes el verde de la esperanza, encuentras,quitas el verde, llega un momento en que se acaba y hay que volver a encenderlo hasta que un día lo quitas y ya no vuelves a ponerlo. (lógicos pensamientos: "este tío esta zumbao", "anda lo que se habrá fumao éste","vaya cursilada-patochada", "no son más que palabras adornadas", "tiene mucho tiempo libre", "atrapaooo!!!!"). Mientras tanto me encuentro escuchando en la radio parte de la banda sonora de la pelicula "Entrecopas" que narra la historia de dos personas muy distintas cuyo único nexo común es la mezcla de sus ambiciones fallidas y su juventud marchita, reunidos para la ocasión con motivo de un roadtrip por viñedos americanos. Me parece adecuada para la ocasión. Cambiemos dichos viñedos por la ruta del vino de la región de Cariñena, ¿alguien se anima? jeje. A lo que iba, me dirijo ya hacia casa a cenar debido al poco trabajo que se ve cuando cojo una mujer. Su destino, el tanatorio. El viaje transcurre con la seriedad que requiere la ocasión, sin apenas mediar palabra. Cuando llegamos a destino ella me felicita por la rapidez y eficacia del recorrido. "Así da gusto cojer un taxi" añade. Yo se lo agradezco y mientras salgo del cementerio voy dando valor a sus palabras en unas fechas en la que la gente vuelve de las vacaciones con la economía jodida y el humor más jodido todavía. "Así da gusto trabajar" "Así da gusto vivir" El extraordinario encanto de los pequeños detalles.... PD-. Dedicado a Laury, que encuentres cuanto antes tu "alivio de luto" y puedas reiniciar tu camino. Yo ya reinicié el mío. Un beso.

jueves, 13 de julio de 2006

ZIDANE, SU FAMOSA EXPULSIÓN Y HOMER SIMPSON

Sin duda se trata de dos de mis personajes preferidos. Uno es real aunque a veces parece ficción. El otro es ficción pero en ocasiones parece sacado de una cruel realidad. Presentemos a ambos. Zinedine Zidane es el jugador de fútbol mas elegante que he llegado a ver en un terreno de juego. La belleza de algunas de sus actuaciones es comparable a cualquiera de las esquisiteces artísticas que se nos ofrecen en los mejores teatros del mundo. Lo fenomenal es que para ver sus actuaciones no se nos exigió traje y zapatos para acceder al espectaculo, es más se nos permitió ir en chandal, con bufanda de colores aunque fuera verano, con un bocata casero malenvuelto en papel albal, nada acorde al recital elitista al que acudíamos. El artista no se sintó molesto por ello y durante sus exhibiciones no nos reprochó a todos que mientras ejecutaba su ballet futbolístico, se violará cruelmente al silencio con vulgares trompetas, bombos y cánticos populares. Pero en su última actuación, celebrada, cómo no, en el mayor teatro futbolístico posible (la final de un mundial) el artista explotó. Antes nos dejó su último legado, con el nombre de "El penalty más bello del mundo", sólo superado por su ópera prima de Glasgow. Pero en los últimos minutos en un escenario no pudo soportar que un propio actor de la obra, Materazzi, que tenía un papel pequeñito de la obra, minúsculo debido a su mediocridad artística, variara su secundario guión e insultara y humillara al gran artista en su despedida. Zinedine explotó y convirtió su rabia y su rencor ante tanto desagradecimiento en un violento cabezazo al estómago del italiano y todas nuestras almas. La pelota aún llora desconsolada:"Ese cabezazo era para mí" y guarda luto riguroso desde entonces. "No encontraré otro amor así". Pero prefiero no acordarme de este final amargo, yo lo recordaré así: Lo escrito hasta ahora puede valer como escrito pseudo-literario pero nada más. Ahora os pasaré a contar el porqué de que haya una relación entre Homer Simpson y la expulsión de Zizou. Primero os presentaré al personaje (de sobras conocido). Homer Simpson tiene 36 años y vive junto a su familia en el 742 de Evergreen Terrace, su padre se llama Abraham y su madre Mona Simpson. Su mujer se llama Margaret, apodada cariñosamente Marge. Tienen tres hijos Bart, Lisa y Maggie. Homer trabaja en la central nuclear de la ciudad de Springfield, aunque la palabra “trabajar” no existe en el vocabulario de Homer, él prefiere dormir o comer donuts. Después de un largo día de «trabajo», va a la taberna de su amigo Moe, donde se encuentra con sus otros amigos, Barney, Carl y Lenny. Sus hobbies incluyen beber cerveza, los bolos y el más grande de sus vicios, la televisión . El barrigudo y políticamente incorrecto padre de familia Homer Simpson ha sido elegido filósofo de la década por un equipo de expertos de la revista para hombres Men's Health.(No es coña) Bueno, que os voy a decir de este personaje. Creo que merecerá un post aparte para ver en su plenitud la genialidad de semejante eminencia. Como adelanto os dejo tres perlas más una en formato audio visual: "Dios es mi personaje de ficción favorito" "Todos los matrimonios se hunden menos el nuestro, Marge. El problema es la comunicacion...Demasiada comunicación." "Si algo hemos aprendido de los picapiedra, es que los pelicanos sirven para mezclar cemento."(y el pelicano cae muerto) Me troncho con este tío :-) Supongo que aún estaréis con la mosca detrás de la oreja del porqué relaciono a estos dos personajes tan dispares. Os lo revelaré. La culpa de la expulsión de Zizou es de Homer Simpson, pionero de la idea que llevo acabo Zidane ante Materazzi. Al parecer el genio francés se sirvió de la inspiración del otro genio protagonista de este documento ¿No os lo creeis? Observad el siguiente video

martes, 4 de julio de 2006

EL BUSCADOR

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco esa alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda. Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … "Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días". Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía "Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas". El buscador se sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. - No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?. El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fu lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido. Fuente: Jorge Bucay, "26 cuentos para pensar" (muy recomendable)

viernes, 16 de junio de 2006

EL GAÑAN:LA VERBENA

Madreeeee, que orquesta más mala, no ha tocao una pieza güena :-)

viernes, 5 de mayo de 2006

UNA NOCHE CUALQUIERA

Érase un amanecer gris, hermosamente gris. Un domingo cualquiera,8 de la mañana. Zaragoza presenta una resaca de excepcional belleza. Ha llovido toda la noche y bajo la ventanilla de mi taxi para disfrutar del ambiente tranquilo y húmedo que se respira en la ciudad. Me dirijo hacia el kiosco del madrugador y amable hombre de impecable calva. Voy con la satisfacción del trabajo bien hecho. Me siento bien. Noto mi mente más fresca que nunca, lo que choca de frente con las 14 horas que llevo trabajadas. Compro el periódico y el kioskero me pregunta mientras sobre la actividad nocturna a la vez que coloca el reparto del pan recién hecho. Le contesto con un escueto interesante, le deseo un buen día y me despido hasta la tarde. No fue una noche especialmente curiosa, sin rimbombantes anécdotas puntuales que con frecuencia nos suceden. Es más, la noche avanza de forma bastante anodina y la estampa recuerda en algunos momentos a Robert de Niro en una lluviosa escena de “Taxi driver”. Conforme avanza la noche y voy cumpliendo los objetivos económicos del día las conversaciones fluyen mejor, se hacen más interesantes y menos repetitivas. Dos chicas vienen corriendo y se suben al taxi con desahogada alegría. Una de ellas grita ¡Iván, nuestro salvador! . Me giro y la miro a los ojos y reconozco abiertamente mi total desconocimiento de aquella chica, bastante mona por otra parte. Lógicamente ella se queda unos momentos descolocada , pero pronto reacciona y me dice su nombre “Soy Miriam”. Entonces recuerdo, una compañera de los primeros años universitarios. No la recordaba así, lo que hace el maquillaje pensé entre mí. Su compañera de viaje resultaba ser su hermana, de la que me había contado muchas de sus adolescentes correrías y a la que no conocía. Me resulta bastante más atractiva. El viaje transcurre bajo una amena y picante conversación observada siempre a través del insinuoso retrovisor interior. Llegamos al destino y se despiden cariñosamente. Pienso en pedirle el teléfono pero no lo hago. Durante un par de minutos me arrepiento pero en seguida pienso que esa chica nunca me había llamado la atención, ni por físico ni por forma de ser. Simplemente era el encuentro inesperado en el sugerente habitáculo del taxi. Bajo por la avenida Navarra disfrutando con la tranquilidad que ofrece a esas horas de la noche. Se acercan las 6 de la mañana. Quedan dispersos los supervivientes de la noche, algunos agónicamente les llega justo para decidir su solitario destino. Denotan cierto decaimiento que intuitivamente me indica que ha sido una noche anodina más, que cuando despierten con resaca apenas recordarán nada, pero sabrán que el alcohol ha hecho un buen trabajo ,puesto que ha borrado espacio de su disco duro humano que no merecía un sitio en él. Pero esta vez me quiero quedar con los vencedores, los que le han chupado toda la sangre a la noche, la han disfrutado y , finalmente, la han vencido con los primeros rayos de luz del día (ésta vez no había sol, pero puede servir con el apagado del alumbrado público). Esas camareras de la “Ben Hur” que se dirigen alegremente a desayunar y que se ve que han disfrutado de la noche y encima les han pagado por ello. Esas parejas que salen de recónditos rincones de la ciudad y me levantan la mano, se despiden apasionadamente y ella sube al taxi. Con brillante sonrisa e irradiando animosidad. Admiro la inteligencia y lucidez sobria en una mujer a las 7 de la mañana por encima de una divertida y descarada embriaguez. Las primeras me resultan fascinantes, las segundas podrían como mucho entretenerme…
QUÉ HERMOSA NOCHE,
QUE NOS PILLE LA LLUVIA CANTANDO A LAS FAROLAS